El fundador de OMR, Philipp Westermeyer, invierte “por instinto” y confía en estas startups. ¿Las conoces?
Cuando Philipp Westermeyer recorre las oficinas de OMR en el distrito de St. Pauli de Hamburgo, parece menos un director ejecutivo tradicional y más un anfitrión que conoce a cada uno de sus 400 empleados por su nombre. Los saluda con calidez, les hace preguntas y bromea.
A este método, que aprendió durante sus estudios de administración de empresas , lo llama «Gestión mediante paseos». «En aquel momento, pensé que era una sátira», admite Westermeyer.
En la actualidad, Westermeyer dirige una empresa de medios digitales que él mismo sitúa entre el gigante tecnológico SAP y el Circo Roncalli.
SAP simboliza escala y profesionalismo, mientras que Roncalli representa fascinación y entretenimiento, explica con un guiño. Los ingresos anuales de OMR se estimaron recientemente en 70 millones de euros, aproximadamente el triple de los del Circo Roncalli, o el 0,2 % de los ingresos de SAP en 2024.
El reto no es volverse superficial
El eje central de esta iniciativa, el mayor recinto bajo la dirección de Westermeyer, es el Festival OMR anual de Hamburgo. Este evento atrae a más de 80.000 personas cada año y declara la ciudad en estado de emergencia. Según los expertos, se invierten anualmente hasta 30 millones de euros en su realización.
“Invertimos dinero deliberadamente en la cima para que salga más en la base”, explica Westermeyer, refiriéndose al legendario editor Henri Nannen.
Pero esta estrategia también plantea preguntas: ¿Cuán sostenible es el crecimiento cuando se basa en la eventización? ¿Qué ocurre cuando se pierde el equilibrio entre espectáculo y sustancia?
businessinsider
